Le gritaron viejo chorro y forro al decrepito del jefe de gabinete: Video Guillermo Francos perdió sus estribos y agredió a un ciudadano que lo cuestionó por la toma de deuda: “Fuck you”

Al jefe de gabinete le dijeron “forro” en la puerta del Hermitage. “La historia se los va a cobrar”, dijo el manifestante.

Cuando caía la soleada tarde marplatense, frente al imponente Hotel Hermitage, el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dejó entrever un lado que pocos habían visto. Su habitual tono moderado, celebrado por propios y ajenos, se desmoronó en cuestión de segundos cuando un vecino le reclamó por el polémico préstamo que su gobierno en representación de Luis “Toto” Caputo negocia con Estados Unidos.

La escena, que comenzó con una frase cargada de desencanto popular —”La historia se los va a cobrar”—, pronto escaló a un intercambio que dejó a todos los testigos con la boca abierta y que rápidamente se hizo viral en redes sociales. Francos, quien parecía dispuesto a ignorar el comentario inicial, no pudo contenerse y respondió con una mezcla de incredulidad y desafío: “¿A quién se las va a cobrar?”. 

El ciudadano, lejos de amedrentarse, replicó con una sentencia que resonó como un eco en la costa: “A todos ustedes“. Era la voz del hartazgo, esa que no distingue nombres ni cargos, pero que apunta directo al poder.

La tensión aumentó. Francos intentó mantener la compostura, pero el aire ya estaba cargado. “¿Por qué?”, preguntó, como si buscara una explicación racional a lo que era pura emoción contenida. La respuesta fue tan simple como demoledora: “Porque sí. ¿Cuántos miles de dólares pediste?“. Y ahí, en ese instante, la paciencia del más moderados de los ministros de las fuerzas del cielo se agotó.

“Vos estás loco”, lanzó Francos, intentando zanjar el asunto con una frase despectiva. Sin embargo, lo que vino después fue un gesto que habló más que mil palabras: mientras se alejaba hacia su camioneta, levantó el dedo mayor en la clara e histórica seña de fuck you en un acto que borró cualquier vestigio de moderación.

El ciudadano, lejos de quedarse callado, devolvió el golpe con palabras que cortaron como cuchillos: “A mí no me digas loco, forro“, dijo el marplatense detrás de una valla. 

Una vez más, el episodio que define a la Argentina quedó plasmado: funcionarios libertarios en autos multimillonarios asistiendo a lugares de lujo mientras que del otro lado del vallado están los ciudadanos que ya no aguantan más el plan económico de la morbosa motosierra de Javier Milei que se sostiene con fondos del gobierno estadounidense.