Elisa Carrió se llevó todos los insultos de X después de decir que hay que “respetar” a Cristina Fernández de Kirchner y admitir que siente pena por cómo la está tratando el “prescindente” Javier Milei.
En un giro que roza lo teatral, Elisa “Lilita” Carrió, la histórica líder de la Coalición Cívica-ARI, pasó de aplaudir la ratificación de la condena a Cristina Fernández de Kirchner por el caso Vialidad a derramar lágrimas de cocodrilo por la expresidenta.
En una entrevista con Joaquín Morales Solá en LN+, Carrió no solo celebró el fallo de la Corte Suprema, al que calificó como una victoria para la democracia, sino que también se permitió un momento de “compasión” por la “tragedia” de Kirchner y su familia.

Carrió, quien se jacta de haber sido pionera en señalar las corruptelas de la era K, recordó que sus advertencias sobre la delegación de facultades a funcionarios kirchneristas fueron clave para destapar casos como el de Vialidad o la ruta del dinero K. “Cumplimos con nuestro deber como legisladores de controlar”, afirmó, con el tono de quien reclama una medalla.
Sin embargo, su postura se tambalea cuando, en el mismo aliento, lamenta el destino de Cristina: “No hubiera querido que termine así. Pienso en su hija y su hijo. Es una tragedia”.
La contradicción es tan evidente que parece un sketch: Carrió denuncia, celebra la justicia, pero luego se compadece de quien, según ella, encabezó una asociación ilícita para defraudar al Estado.
La dirigente no se quedó en el lamento. Con su habitual vehemencia, criticó la falta de prisión preventiva para los acusados de corrupción.
“Si los juzgados por corrupción no tienen prisión preventiva con doble conforme, no creo en absolutamente nada”, sentenció, apuntando a la libertad de Kirchner mientras ostenta cargos y bienes que Carrió considera ilícitos.
A la vez, elogió la independencia de la Corte Suprema y expresó una fe casi mística en que “la justicia llega”, aunque los procesos se eternicen.
Pero Lilita no solo tuvo palabras para Cristina. En un ataque frontal, acusó al prescindente estafador Javier Milei de “despreciar la ley” y temer una condena propia por su presunta vinculación con el caso $LIBRA, al que calificó como una “defraudación”.
También denunció un supuesto escándalo de corrupción en el PAMI, que describió como “enorme” en las provincias, y arremetió contra la gestión económica de Luis Caputo y Santiago Bausili, a quienes acusó de maniobras electoralistas con las reservas: “Es muy poco serio lo que están haciendo”, disparó.
El remate llegó con su burla al entorno de Milei, al que tildó de “secta de tarotistas”. En particular, apuntó a Karina Milei, a quien redujo a “una chica que hace tortas, que habla con los perros y tira el tarot”. Con un sarcasmo que rozó lo grotesco, Carrió concluyó que antes de subordinarse a ella, preferiría “suicidarse en Mar Chiquita”.