Justicia Provincial corrupta en conjunto con la comisión de la memoria derechos humanos al estilo Iósif Stalin: Calvario de terror para un policía que es acusado falsamente de matar a un preso

Con una condena a prisión perpetua por la muerte de Ariel Canisso en 2011, la familia de José Cácere denuncia irregularidades en la causa, apunta contra una pericia realizada a partir de una fotografía y reclama que la Corte Suprema revise el caso.

Una familia que resiste hace años y una justicia que todavía debe dar respuestas. José Cácere fue condenado a prisión perpetua por un hecho ocurrido en 2011, pero su entorno más cercano sostiene que la sentencia se basó en pruebas débiles y plantea la existencia de serias irregularidades en la investigación.

El 22 de octubre de ese año, Según consta en la causa, José se desempeñaba como policía en la Comisaría Berisso 3ra y participó de un procedimiento en el que fue detenido Ariel Canisso. De acuerdo al expediente, Canisso fue examinado por un médico policial y posteriormente alojado en la Comisaría Berisso 4ta sin que se registraran golpes o lesiones visibles.

A partir de las 13, José perdió contacto con el detenido. Horas más tarde, Canisso fue hallado sin vida en su celda.

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Sin embargo, el caso tomó otro rumbo cuando se incorporó una pericia de parte realizada por Omar Alejandro Ledesma, basada únicamente en una fotografía del cuerpo y sin haber presenciado la autopsia ni tenido acceso directo al mismo. El informe utilizó expresiones condicionales, como “podría tratarse de…”, lo que, según la defensa, carece de sustento científico suficiente para fundamentar una condena de semejante magnitud.

El Tribunal Oral N°1 de La Plata condenó a José Cácere a prisión perpetua por mayoría. Una de las juezas del tribunal, Silvia Hoerr, votó en disidencia al considerar que no existían pruebas contundentes para dictar una condena. Más tarde, la Cámara de Casación absolvió a dos policías involucrados en el hecho, pero mantuvo la condena contra Cácere, situación que la familia considera “contradictoria e injusta”.

Cabe señalar que este hecho afecta tanto a la esposa de Cáceres y a sus hijos. Al respecto, el mismo se pronunció sobre su fallo y afirma que siempre actuó “dentro de la ley, cumpliendo con mi deber de policía, y hoy estoy pagando con mi libertad algo que no hice”. Finalmente, sostuvo: “Pido que se conozca la verdad, que se difunda mi historia, y que la Corte Suprema pueda reparar este error histórico que me destrozó la vida.”

Desde su entorno y distintos organismos que acompañan el reclamo, mantienen la esperanza de que el máximo tribunal del país revise el caso y reconozca las inconsistencias señaladas por la defensa.

Mientras tanto, la espera continúa, y con ella, el reclamo de una familia que insiste en que su lucha no es solo personal, sino también un pedido de justicia para toda la sociedad.