La democracia de Bragado se vio sacudida en las últimas horas tras conocerse que Patricia Feloy, secretaria gremial de ATE, fue víctima de amenazas directas en su domicilio. Según pudo saberse, desconocidos golpearon las ventanas de su casa y dejaron una bala en la puerta, un mensaje cargado de violencia y cobardía que pone en alerta no solo al gremio sino también a toda la comunidad.
La gravedad del hecho obliga a exigir respuestas inmediatas y, sobre todo, garantías reales de que la investigación será transparente. En este punto, surge una primera sospecha que no puede soslayarse: si la Policía Comunal está subordinada al Ejecutivo local, ¿cómo confiar en una pesquisa donde podría haber intereses cruzados? La distancia entre el poder municipal y las fuerzas del orden debe ser absoluta en un caso como este.

“Esperamos que el aparato de poder ejecutivo municipal no ponga sus sucias manos en esta situación. Que no se ensucien escenas, que no se tapen sospechosos, que no se enchastre la investigación”, expresaron referentes gremiales y sociales en redes sociales en solidaridad con Feloy. La denuncia apunta al riesgo de que el propio sistema de seguridad termine contaminado por la política local, un riesgo latente en el modelo de policía comunal, cuya autonomía queda en entredicho en situaciones de este tipo.
Desde nuestro medio expresamos nuestra solidaridad con Patricia Feloy y su familia, y repudiamos enérgicamente estas prácticas mafiosas que intentan amedrentar a quienes se enfrentan a una patronal municipal calificada como “nefasta y mediocre”. La colocación de una bala en la puerta de una dirigente sindical no es solo un hecho policial: es un acto vil y asqueroso, que busca infundir miedo y disciplinar a través del terror.
En democracia no hay lugar para estas maniobras. Basta de violencia. Basta de cobardía. La investigación debe avanzar sin condicionamientos políticos y con un compromiso institucional claro: que ninguna amenaza quede impune.
Fuente: El Censor